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Tanto algunos clientes como colegas me preguntan qué tanta importancia tuvo haber decidido estudiar diseño de producción, en vez de haber utilizado ese tiempo en trabajar y aprender de la práctica de campo.

Algunas preguntas comunes son:

  • ¿Pero eso no es lo mismo que arquitectura o diseño de interiores? No.

  • ¿Y eso se estudia? Sí.

  • ¿Qué tanto valió la pena? Porque trabajando se aprende todo lo que se necesita saber. Si lo valió, no fue una pena y no necesariamente.

  • Hay otros profesionales con tu misma edad, con muchos más proyectos ‘bajo la manga’. ¡Ah, no sabía que era una competencia! No llevo un conteo de los proyectos que he realizado, sino que valoro la calidad de las experiencias laborales. Soy de las que pienso que no a todos los trabajos se les dice que sí.

A 4 años de haberme introducido al campo laboral de manera exclusiva en el área de diseño de producción, y con 7 años de educación superior (un bachelor en artes, un año de conservatorio y dos años de MFA); he concretado algunas ideas de lo que he aprendido y entendido con el tiempo acerca de este tema:

  1. Es irrelevante contrastar dos experiencias tan distintas.

Si dos ideas no pueden ponerse dentro del mismo contexto, difícilmente vamos a poder compararlas. Así que pensémoslo de una forma diferente, ¿cuáles son las ventajas de cada proceso?

Tomando la idea de “aprender estudiando”, tenemos la ventaja de que es más efectivo y eficiente aprender de algo partiendo de algún tipo de estructura, qué es lo que precisamente hacen las universidades y otras instituciones educativas físicas o digitales. Y desde esta estructura, el estudiante explora las ramificaciones del aprendizaje por sus propios medios, motivado por su propia curiosidad (leyendo libros, artículos, socializando con otros colegas, participando en eventos, involucrándose en actividades y proyectos, etc.)

Este proceso se hace más complicado, sobretodo sino se tiene conocimiento del tema. Por más que nos interesa algo, no quiere decir que sabremos cómo buscar información, o dónde, o en qué orden es más efectivo empezar a aprenderla; qué es más o menos complejo, o cuál información se deriva de cuál.

Y con esto no quiero decir que es irracional ser autodidacta, sino que participar en una estructura te permite aprovechar los recursos de esa estructura y buscar otros recursos, de una forma guiada o desde un punto de partida más claro, acompañado además de un entorno que te permite debatir y expandir tus ideas. 

Por otro lado, para hablar de las ventajas del trabajo de campo, paso al punto 2:

2. Para aprender, la experiencia es necesaria. Para desarrollarnos la experiencia guiada es imprescindible.

Tomando como idea central el trabajo de campo, ¡la experiencia que viene de la práctica es imprescindible! Porque son los proyectos y los problemas los que pondrán en acción lo que creemos saber, y algunas veces nos enfrentarán con que no sabíamos tanto como pensábamos. 

En las áreas laborales de diseño para entretenimiento y diseño de producción, hay infinitos contextos en los que se pueden explorar los conocimientos. Cada proyecto se guiará de un marco base, pero tendrá sus propias necesidades y sus propios requerimientos. No existe el ‘one-size-fits-all’ en esta carrera.

Pero hay un problema fundamental con la teoría de que trabajar es mejor que estudiar, porque eso significaría que tu entorno y sus exponentes limitarían tu aprendizaje y tu alcance. Entonces, ¿qué sucede cuando los líderes de los proyectos no están lo suficientemente capacitados para ejercer el trabajo que están haciendo y solo se dedican a repartir ignorancia? 

He sido parte de equipos donde los superiores se manejan muy por debajo de los requerimientos del proyecto y de las necesidades de su propio equipo. Y como personalmente creo que el respeto debe ser inspirado y no impuesto, no le veo el sentido a someterse bajo el “liderazgo” de alguien que no sabe lo que está haciendo, aunque lo haga sin malas intenciones.

Entonces, ¿cómo podemos tener una práctica de campo a la cual podamos sacar el mayor provecho? Informándonos y estudiando. Irnos a ciegas a un proceso del cual no conocemos casi nada o absolutamente nada, en mi opinión, nos expone a experiencias que más que enriquecedoras, pueden ser también agotadoras, explotadoras e innecesarias.

Dicen por ahí que uno solo aprecia lo que conoce, y que solo podemos exigir lo que entendemos. Uno tolera hasta donde entiende que algo está bien, y aunque es necesario quemar las etapas del trabajo de campo, será muy difícil determinar si nuestros líderes nos guían por un proceso que nos enriquece a nosotros o, les conviene a ellos. ¿Cómo determinarías si un líder está bien formado o informado sino tienes un contexto en el cual medirlo? ¿Cómo sabes si te guía por un camino que te ayudará a desarrollarte o no?

Information is power, y la información guiada no solo representa poder, sino que ahorra tiempo valioso. Lo que me lleva a mi tercer punto:

3. Los opositores: La envidia tiene muchas caras

Este es un punto que no es muy agradable, pero que merece algo de atención. A veces pasará que las personas que no hayan podido estudiar, ya sea por razones circunstanciales, económicas o, hasta por falta de compromiso personal; te dirán que estudiar es una pérdida de tiempo.

Y por otro lado, habrá personas que habrán estudiado hasta 3 carreras (conozco algunos) y todavía no han ejercido ninguna. Este otro grupo te dirá que el trabajo de campo está sobrevalorado y que el conocimiento lo es todo.

Yo me paro en el centro de las dos ideas y las tomo de la mano a las dos. Porque por un lado creo en la preparación, en la educación, en la educación superior y en la especialización en todos sus formatos. Creo que la educación es sobretodo responsabilidad de cada uno de nosotros, porque hasta el día de hoy cuando no estoy trabajando o descansando; estoy estudiando.

Y por otro lado, nada ha sintetizado e integrado mejor mis conocimientos que ponerlos en práctica, que el equivocarme y aprender, que el asumir responsabilidad por mis errores y pagar un precio, y el darme cuenta de que mientras más aprendo, siento que menos sé, ¡irónicamente!

Creo que en este tipo de temas debemos considerar nuestro entorno y tratar de ser honestos: ¿Qué tan desarrollada está el área laboral que elegí? ¿Quiénes son los exponentes? ¿Los respeto o me identifico con sus métodos? ¿Qué quiero lograr con mi carrera? ¿Cuáles son mis objetivos y cuáles son mis recursos? ¿Cómo podríamos innovar más allá de nuestras propias circunstancias? ¿Cómo crecer si solo llegamos hasta el límite que alguien más marca para nosotros?

Y con esto diría que el estudio se complementa con el trabajo de campo. Con uno, solo tendríamos teorías, y con el otro sólo tendríamos experiencias aisladas, que aunque pudiéramos llegar a conectar y a ejecutar, nunca nos expandirían como lo hace tomar pasos informados y constantemente vernos obligados a ver más allá de nuestra propia perspectiva.

¿Qué piensas tú? ¿Piensas que uno es más importante que el otro?